Sara

febrero 26, 2014 § Deja un comentario

Imagínate que no pudieras ver, ni tocar, ni oler. Que tan solo pudieras oír. El mundo estaría poblado de presencias invisibles, como quien dice (pues en verdad para quien nunca ha podido ver nada, no cabe lo invisible). El mundo sería un lugar espiritual. De ahí que el Dios bíblico solo aparezca en la oscuridad, esto es, donde abandonamos toda esperanza, a las puertas del infierno. El cielo tiene que caer sobre nuestras cabezas para que podamos escuchar el clamor de los hombres como el clamor mismo de Dios.

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